Si las galletas de corona para Alejandra tienen un significado muy importante para mí (gracias a ellas descubrí este mundo tan fascinante), las galletas de corazón de Carmen son también muy especiales porque fueron mi primer encargo.

La mamá de Carmen quedó enamorada de las galletas de corona y me pidió que le hiciera unas galletas en forma de corazón rosa con el número dos en blanco para celebrar el cumple de su pequeña.

Esta vez, y como de los errores se aprende, seguí los consejos que nos da Bea en su blog (http://www.elrincondebea.com/2009/05/galletas-decoradas-i-la-masa.html), así que todas las galletas quedaron del mismo grosor y durante el horneado no perdieron su forma.

La capa de fondant esta vez también fue más fina, lo que compensa el grosor de la galleta. Lo más complicado en estas galletas fue el que no se deformase el número 2 una vez cortado para colocarlo sobre las galletas. Descubrí que lo mejor es cortarlo un ratito antes y dejarlo  secar un poco. Así resulta más fácil cogerlo y que no se deforme y es que la capa de fondant, al ser tan fina, tendía a extenderse, por lo que los primeros 2 que hice fueron un poco desastre 😦

La mamá de Carmen quería las galletas en palitos de brocheta, y de nuevo Bea me dio la solución para poder poner los palitos una vez decoradas las galletas (http://www.elrincondebea.com/2010/04/como-hacer-galletas-con-palito.html). El poner el palito una vez hechas las galletas es mucho más cómodo, ya que si lo ponemos justo antes de hornear, puede que la masa se rompa y además caben menos galletas en la bandeja del horno, con lo cuál tardaríamos mucho más en terminar.

Cada brocheta iba envuelta en papel de celofán y con su etiqueta personalizada correspondiente.

Para agradecer este primer encargo, a la mamá le regalé una galleta en forma de corazón más grande, esta vez en blanca con el número 2 en rosa. Alrededor le puse unas bolitas plateadas. Creo que esta galleta quedó súper elegante….y es que he visto que la combinación blanco-plateado queda divina.

Como presentación, cogí una caja de zapatos, le puse en su interior un trozo de espuma floral (de esas que se usan para hacer macetas y ramos de flores) para clavar las brochetas con facilidad y lo forré con papel de seda blanco. Puse alrededor un lazo rosa con un adorno de piquillo blanco y le pegué dos lacitos a los lados.  Además, compré la letra C de madera y la forré con papel decorado en tonos rosas y blancos y le pegué unos corazónes. La caja quedó preciosa y la puede seguir usando para guardar algunas cositas de Carmen 😉

Una vez clavadas las brochetas sobre la espuma, lo cubrí todo en papel de celofán transparente…. y aquí está el resultado final..

La mamá quedó encantada, bueno, la mamá, los invitados, y yo 😉